COLIMAMEDIOS
Fuente|DiarioAvanzada
Colima, México (26 de julio de 2013).- La tarde del martes pasado Jaime Méndez Espino, con 28 años de edad, otro presunto delincuente, murió en manos de la policía estatal tras un enfrentamiento en Tecomán, confirmó el coordinador general de Seguridad Pública de Gobierno del Estado, Félix Humberto Vuelvas Aguilar. Con él suman al menos cinco casos en dos meses de personas que pierden la vida tras haber sido baleados por los agentes.
El 19 de mayo por la noche, también en Tecomán, Sady Fabián Monzón de León fue asesinado por policías estatales. Tras el incidente, una vez más el funcionario estatal justificó el hecho al argumentar que el joven conducía en estado de ebriedad a exceso de velocidad, por lo que los agentes lo siguieron, después chocó e intentó huir, por lo que supuestamente repelieron el intento de agresión y le dispararon, hasta matarlo. Sin embargo, vecinos y amigos de Fabián Monzón negaron la versión de las autoridades y aseguraron que a él lo asesinaron y además no traía arma, «su error fue haber corrido cuando le marcaron el alto lo policías, pues él se asustó de la policía porque andaba tomado y manejando”, aseguraron.
Otro hecho fue el cometido casi una semana después: El incidente se dio tras una supuesta balacera el 25 de mayo alrededor de la 13.20 horas, en la colonia el Mezcalito, en Colima. De acuerdo a versiones de los vecinos, los policías intentaron detener al sujeto que portaba una mariconera y mostró actitud sospechosa, sin embargo el individuo se negó a la revisión y les disparó a los agentes quienes repelieron la agresión y le dieron muerte. El gobierno del estado emitió enseguida un boletín de prensa en donde decía que la persona falleció «tras enfrentarse con elementos de la Policía Estatal, los cuales repelieron una agresión del hoy occiso».
También a finales de mayo, el gobernador Mario Anguiano Moreno confirmó la muerte de dos presuntos delincuentes en un enfrentamiento con militares y policías estatales en Comala. Dijo que también resultaron heridos un supuesto criminal y al menos tres policías, quienes repelieron un ataque con granadas desde un domicilio, «se trató de un operativo producto de las estrategias de inteligencia de los grupos que hacen investigación, para poder llegar e identificar a las personas que cometen delitos”.
En entrevista con este reportero, en días pasados el presidente de la Comisión de Derechos Humanos en el Estado de Colima (CDHEC), Roberto Chapula de la Mora, advirtió de los posibles excesos de la policía estatal, dijo que «la autoridad debe de definir sus protocolos de actuación» e hizo un exhorto para que cuando a alguien se le marquen el alto, no le disparen si no se detiene, «porque la población le tiene miedo a la autoridad también».
En cualquiera de los casos, el hecho es que los policías mataron a los sujetos y deben de ser procesados, anota el presidente del Colegio de Abogados Penalistas en el Estado de Colima, Mario García Solórzano, quien lamenta que ningún elemento de seguridad haya sido detenido, pero, «deben de ser procesados porque es un homicidio, sea como sea, porque luego la autoridad se va a escudar con que andaba en el ejercicio de su deber, en su trabajo. Pero el ejercicio de la policía no es andar matando ciudadanos de bien o ciudadanos de mal, todos tienen derecho a la vida y todos tienen derecho a un debido proceso legal».
El abogado sostiene que directamente el gobernador Mario Anguiano Moreno, o el secretario de Gobierno, Rogelio Rueda Sánchez; deben de poner orden y pronunciarse para que se respeten las garantías constitucionales de los habitantes del estado de Colima, «sean delincuentes o no, son seres humanos y tienen derecho a vivir».
Mientras, los policías «están actuando como homicidas», insiste: detienen a una persona, le marcan en alto, no se para y se da a la fuga y le disparan por la espalda, y luego dicen ‘nos atacó y repelimos la agresión’, le echan la culpa y es muy grave. Debe de poner un alto el gobernador porque se van a seguir cometiendo homicidios de policías en contra de la ciudadanía, eso es vivir en un estado faccioso.
García Solórzano advierte que algunas veces las mismas autoridades siembran pruebas, entre ellas un arma para justificar sus disparos, por lo que urge que el gobernador ponga un orden desde arriba para que todos vean la línea, añade, «yo te repito que la policía estatal preventiva su función no es matando a la gente, tampoco de la policía acreditable ni de lo municipales, son preventivos, deben de prevenir el que ellos mismos comentan un delito».
Finalmente, mantiene que en Colima no hay confianza hacia los policías porque no existe ese acercamiento. «Ya ha habido varias agresiones de la policía estatal, también acciones muy buenas, pero con una sola acción negativa tumbas mil positivas, entonces al interior de la policía son órdenes, pero también deben de pensar, no sólo actuar», concluye el representante de los penalistas.