COLIMAMEDIOS
El ataque a Siria durará sólo unos pocos días, se ejecutará con bombardeos de misiles guiados y vendrá en dos oleadas para que EU y sus aliados evalúen la efectividad de sus operaciones.
Fuentes del gobierno estadounidense indicaron a CNN que el ataque se centrará en objetivos militares de las fuerzas leales al líder sirio Bashar al Assad, en “castigo” por el uso de armas químicas.
El ataque se llevaría a cabo por medio de misiles guiados “Tomahawk” lanzados desde destructores y submarinos en el Mar Mediterráneo y, según The New York Times, irían dirigidos a medio centenar de objetivos estratégicos.
El diario indica que no se incluirían los centros de almacenaje de arsenales químicos, por miedo a desatar una catástrofe medioambiental, pero sí unidades de artillería y centros de mando implicados en los ataques químicos denunciados.
Otros objetivos podrían incluir bases aéreas donde operan helicópteros de fabricación rusa, y se debate si ampliar el ataque contra unidades comandadas por la familia Assad o contra instalaciones presidenciales.
El ataque, que funcionarios dijeron a la NBC podría iniciarse mañana, comenzaría con una primera oleada, a la que seguiría una evaluación de los daños por parte de aviones espía y satélites, y una segunda tanda de bombardeos.
Fuentes gubernamentales revelaron a CNN que las conclusiones de un informe de inteligencia que prepara EU para justificar la intervención podrían darse a conocer antes de que acabe la semana.
En ellas, se incluirían datos sobre comunicaciones del Ejército sirio y fotos de satélite de instalaciones de armamento químico, que supuestamente probarán la responsabilidad del régimen en el ataque.
La ONU dijo que si EU tiene pruebas de la autoría del presunto ataque con armas químicas de la semana pasada debe compartirlas con el equipo de expertos que investiga el ataque.
El supuesto ataque militar sería limitado y, según el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, no incluirá “tropas sobre el terreno”, y no tiene como objetivo conseguir un cambio de régimen.
En entrevista con CNN, el senador republicano, John McCain, dijo que EU debería iniciar una “acción seria” que cambie la marcha de la guerra civil siria, por el momento favorable a las fuerzas leales a Al Assad.
Según The New York Times, el temor de EU a intervenir en el conflicto sirio es que aumente la presión del flujo de refugiados sobre Turquía o Jordania y que Hezbolá decida ataques en represalia.
El canciller sirio, Walid Muallem, advirtió que Siria se defenderá con “todos los medios disponibles” en caso de una intervención militar internacional.
“Tenemos dos opciones: rendirse o defendernos con los medios a nuestra disposición. La segunda opción es la mejor: nos defenderemos.
“Siria no es un caso fácil, tenemos defensas que sorprenderán al mundo”, dijo Muallem en una conferencia de prensa televisada en Damasco.
Indicó que un ataque de EU y sus aliados “servirá sólo a los intereses de Israel y del Frente al-Nusra”, grupo vinculado a Al Qaeda que lucha contra las fuerzas del régimen.
Destacó en que un eventual ataque militar será incapaz de frenar el avance de las Fuerzas Armadas contra las bandas mercenarias, entrenadas y financiadas por países occidentales y regionales para derrocar a Al Assad.
Señaló que la denuncia de que el régimen sirio empleó armas químicas en un ataque lanzado la semana pasada en las inmediaciones de Damasco, no es más que un “pretexto” para emprender una intervención militar.
RECHAZA MAYORÍA EN EU OTRA GUERRA
Mientras Barack Obama agotaba ayer los últimos momentos antes de ordenar el inicio de una intervención militar en Siria, el 60 por ciento de los estadounidenses la rechazaban.
Según estimaciones del jefe del Estado Mayor conjunto, el general Charles Dampsey, dichos bombardeos supondrán un gasto de aproximadamente mil millones de dólares al mes.
A la espera del informe desclasificado de inteligencia, Obama mantenía una frenética ronda de contactos con los jefes de Estado y de gobierno de Francia, Reino Unido, Israel y Turquía.
Al mismo tiempo, las principales empresas demoscópicas mantenían la atención puesta en una opinión pública que se mantiene firme en su oposición a una nueva guerra de intervención, después de Irak y Afganistán.
A pesar del impacto que han dejado las imágenes de mujeres y niños exterminados con armamento químico a las afueras de Damasco, el 46 por ciento de los estadounidenses sigue sin estar convencidos de una intervención.
Además, podría atizar aun más a un conflicto regional que ya se extendió a Líbano y que ha expulsado a casi 4 millones de refugiados a Jordania, Irak y Turquía.
En su informe presentado al Congreso, Dempsey advertía que el costo de una guerra supondría una erogación de mil millones de dólares, inversión que Obama tendrá que justificar una vez que dé la orden de intervenir.