COLIMAMEDIOS
A doce años del atentado del 11 de septiembre de 2001 las heridas aún no sanan; la serie de atentados terroristas marcó la vida de ciudadanos de todo el mundo; el ataque de la red yihadista, Al Qaeda, mediante el secuestro de aviones para ser impactados contra varios objetivos, causaron la muerte a cerca de tres mil personas y más de seis mil quedaron heridas y a la fecha, aun hay personas desaparecidas.
La destrucción del entorno del World Trade Center en Nueva York; hoy conocida como la Zona Cero; los daños en el Pentágono, en el Estado de Virginia, fueron cometidos por diecinueve miembros de la red yihadista, Al-Qaeda.
Los atentados tuvieron un impacto enorme en los mercados estadounidenses y mundiales. Las operaciones en la bolsa de Nueva York fueron abiertas nuevamente el 17 de septiembre; ese día el Índice Industrial Dow Jones se desplomó 684 puntos, un 7,1%, siendo la caída más importante en un solo día. Al final de la semana el Dow Jones había caído un 14,3%.
La economía de Estados Unidos entró en recesión desde 2001 debido a la inseguridad y desconfianza generada en el mundo occidental, después de una década de crecimiento prácticamente ininterrumpido. El sector aéreo se vio seriamente afectado tras los ataques, debido al miedo generalizado a que ocurrieran más ataques terroristas, lo que llevó a implantar rigurosas medidas de seguridad en los aeropuertos que prolongan el tiempo necesario para el embarque de los viajeros.
Según informes especiales los motivos de los ataques serían:
Apoyo militar de EE UU a Israel.
Ocupación militar de la península arábiga por EE UU.
Agresión estadounidense contra el pueblo de Iraq.
Saqueo de los recursos de la Península Arábiga.
Dictado de la política a seguir por los gobernantes de dichos países.
Apoyo a regímenes y monarquías autoritarios que oprimen a su pueblo.
Presencia de bases e instalaciones militares en la Península Arábiga, violando así su Tierra Santa, con el fin de atemorizar a los estados vecinos.
Intento de dividir a los estados árabes para debilitarlos como fuerza política.
Apoyo a Israel, y deseo de distracción de la opinión mundial sobre la ocupación de los Territorios Palestinos; La principal consecuencia de los ataques, fue la guerra en Afganistán y la invasión a Iraq en 2003.
La investigación más grande en la historia del FBI, en la que participaron unos siete mil agentes, reveló que Al Qaeda y Osama Bin Laden, tenían la responsabilidad de los ataques. Diez años después del atentado el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en un discurso a la nación anunció que el jefe de Al Qaida cayó muerto en una operación militar en las montañas de Afganistán en mayo de 2011.
Pero este, no ha sido el único atentado en el mundo; Bali, Madrid y Londres, también fueron objeto de terroristas que dejaron cientos de muertos y heridos.
Los atentados de Bali en 2002 tuvieron lugar el 12 de octubre en el distrito turístico de Kuta, en la isla indonesia; el ataque terrorista ha sido el más mortífero en la historia de Indonesia, con un total de 202 personas asesinadas, de las cuales 164 eran extranjeros y 38 ciudadanos indonesios; además, 209 personas fueron heridas en los atentados.
El ataque involucró la detonación de tres bombas: un dispositivo montado en una mochila llevada por un terrorista suicida y un gran coche bomba que fueron detonados cerca de centros nocturnos en Kuta, y un tercer dispositivo mucho más pequeño que fue detonado fuera del consulado de Estados Unidos en Denpasar y que solo causó daños menores.
El 11 de Marzo de 2004 Madrid sufrió una serie de ataques terroristas en cuatro trenes de la red de Cercanías de Madrid; esto realizado por terroristas yihadistas; con diez explosiones casi simultáneas en cuatro trenes en las primeras horas del día; en un intento de desactivación, la policía detonaría, de forma controlada, dos artefactos que no habían estallado, desactivando un tercero que permitiría, iniciar las primeras pesquisas que conducirían a la identificación de los autores; en este atentado fallecieron 191 personas, y 1.858 resultaron heridas.
El jueves 7 de julio de 2005, cuatro explosiones paralizaron el sistema de transporte público de Londres; a las 8:50 AM, explotaron tres bombas en tres vagones del metro; una cuarta bomba explotó en un autobús a las 09:47 AM en la Plaza Tavistock. Las bombas provocaron una interrupción severa en el transporte de la ciudad y la infraestructura de telecomunicaciones.
En los ataques fallecieron cincuenta y seis personas, incluidos los cuatro terroristas sospechosos y 700 personas más resultaron heridas. Fueron los actos de terrorismo más sangrientos en el Reino Unido desde la muerte de 270 personas en el atentado de Lockerbie (Escocia) en 1988, y los más mortíferos en Londres desde la Segunda Guerra Mundial.
El 21 de julio de 2005, una segunda serie de cuatro explosiones tuvo lugar en el metro de Londres y en un autobús de Londres. Sin embargo, esta vez sólo los detonadores de las bombas explotaron y los cuatro terroristas no llegaron a inmolarse. No hubo víctimas mortales: el único herido registrado resultó ser un asmático hospitalizado.
Los ataques terroristas tienen siempre, además de la lamentable e irrecuperable pérdida de tantas vidas humanas, consecuencias inmediatas y negativas sobre la economía, una desconfianza los ciudadanos por la falta de seguridad y también sobre las expectativas de los inversores, pues se crea una incertidumbre enorme en su quehacer diario y en las decisiones que tienen que tomar.
La reacción inmediata de los ciudadanos es pensar que, en lugar de ser un ataque aislado, pueda volver a darse o pueda ser parte de una cadena de atentados. Esto hace que muchos de ellos reaccionen con miedo y, en algunos casos, con pánico.
Son estas situaciones las que producen un mayor deterioro en la actividad económica, a mayor miedo mayor paralización de la vida económica y el mejor antídoto contra una caída de la actividad económica, es que los ciudadanos intenten perder el miedo al terrorismo, adaptarse a la incertidumbre y volver a normalizar su vida cotidiana.