Análisis Político
Por Abel González Sánchez
En nuestro país tenemos cerca de 18 suicidios por día, en 2016 ocurrieron 6, 291 en el año, Colima ocupó el quinto lugar nacional y en 2013 ocupaba uno de los primeros lugares, la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera el suicidio como un problema grave de salud pública y señala que las adicciones en muchas ocasiones aumenta los datos estadísticos, aunque hay muchos otros factores como la violencia familiar, los amigos con quienes se juntan, entre otros, lo que sí precisan es que la mayoría de los suicidios ocurren entre los 15 y 29 años de edad.
Las jóvenes que se quitan la vida, inclusive algunos estudiantes, lo hacen porque ven al suicidio como la inmediata y única solución a sus problemas, porque cargan con serios desórdenes mentales o psicológicos, trastornos que conllevan el consumo de alcohol y a las drogas, lo que provoca el suicidio, pierden el autocontrol de la ira y actúan con agresión verbal o física, inclusive han asesinado a sus propios familiares, y Colima no escapa a este problema, las sensaciones de pérdida de valores o diversos entornos culturales y sociales constituyen importantes factores de riesgo al suicidio o al asesinato.
Existen estrategias eficaces para prevenir el suicidio y la violencia entre jóvenes, pero antes hay que partir del contexto de que muchos adolescente son generalmente transgresores, buscan los límites de la sociedad, de sus padres o sus amigos, hay placer inclusive en actos de bulling o vandalismo, pero deben atenderse a tiempo, según los expertos en psicología para entender el funcionamiento del reto suicida, por ejemplo el de la ‘Ballena azul’, un juego de manipulación psicológica “perverso originario de Rusia que buscaba el suicidio” de los estudiantes, sí logró influenciar a muchos, fue sonado el caso de la estudiante de secundaria de Guadalajara, Jalisco, arrojándose del segundo piso de la escuela, aparece todavía inclusive en video en las redes.
Aunque no logró su objetivo de morir, quedó herida por los graves golpes en sus costillas y huesos, los estudios señalaron que estaba desorientada e influenciada psicológicamente por las redes sociales y tenía problemas en su entorno familiar, por lo anterior sería adecuado que las diferentes dependencias de los tres órdenes de gobierno, estatal, federal y municipal y más las instituciones de salud, sus psicólogos salgan especialmente a las escuelas y colonias pobres en donde hay drogadicción, porque buena labor harían allí para orientar gratuitamente a los estudiantes y a los jóvenes desocupados o involucrados en actividades ilícitas para poder canalizarlos o darles algún tratamiento médico y una orientación profesional.