CALIDAD Y SEGURIDAD

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Últimamente ha estado en boga las diversas certificaciones de calidad en múltiples áreas de la administración pública federal, estatal y local. Lo anterior en virtud de una tendencia que viene desde los años ochentas y noventas , principalmente bajo el argumento de que la calidad de los procedimientos y servicios de la iniciativa privada deben ser adoptados por la gestión pública.

Sobre el nivel y medidas en los cuales dichas formulas pueden ser adoptados por el sector público, todavía existe un debate doctrinal acerca de qué tanto puede ser imitado y bien adaptado para el ejercicio de la función pública, dentro de otros argumentos, se esgrimen con razón, que si bien la iniciativa privada persigue un fin económico o lucro, el sector público no lo hace (con raras excepciones), pero en lo que estamos completamente de acuerdo es en que los servicios que ofrecen ambos sectores deben ser de calidad. Allí no hay lugar a controversia.

Esto  viene a colación por el reciente anuncio que hiciera el Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública (C-4),  sobre la próxima  certificación de sus procesos en la Norma ISO 9001-2008, especialmente en el ejercicio de los recursos federales, del fondo de aportaciones para la seguridad pública, del subsidio para la policía estatal acreditable y los subsidios para los municipios.

Ante ello, es imprescindible hacer referencia a los postulados que señala magistralmente de forma general sobre la calidad en todos los órdenes y gobiernos de la administración pública,  el Investigador Nacional Emérito del Sistema Nacional de Investigadores, Luis F. Aguilar Villanueva en su ya connotado libro “Gobernanza y gestión pública” (libro de los más relevantes en la materia).

Aguilar dice que: “no se puede olvidar o menospreciar que la legitimidad política de un gobierno ante sus ciudadanos no reside únicamente en su capacidad  gerencial de prestar servicios públicos de calidad, sino también en su capacidad institucional de operar conforme a la legalidad y ser ajena a formas de corrupción. Esta exigencia ciudadana de gobiernos con calidad institucional se vuelve prioritaria en aquellos Estados marcados por historias negras de represiones, arbitrariedades y corruptelas de sus autoridades y funcionarios”  (Las negritas son mías)

Por ello reviste de mayor significancia el énfasis que el mismo Secretario Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública, Gustavo Allen Ursúa Calvario, hace sobre dicha próxima acción gubernamental:

“la intención principal es dar transparencia a los recursos y a los procesos de compras que se realizan de esa dependencia, “para que nadie tenga duda de que las cosas se están haciendo de manera clara y que por ningún motivo habrá desvío de recursos”.” (Las negritas son mías)

Es decir, Ursúa, entiende lo complicado de adoptar las certificaciones de procedimientos en un organismo tan complejo como es el secretariado ejecutivo, más por el hecho de que opera sustantivamente el área más difícil de la administración pública actual, la de la seguridad, pero con todo y ello enfatiza que además de buscar la calidad en los servicios, es la honestidad y la transparencia la que se busca como valor agregado, y si me lo permiten, inclusive como meta principal.

Qué difícil la tarea del Secretariado, puesto que muchos de los recursos federales que por ahí pasan y bajan, son suministrados por el Secretariado Ejecutivo a diversas dependencias quienes se encargarán de ejecutarlos, por lo que debieran ser parejos y todas esas dependencias, coordinaciones estatales, direcciones municipales de seguridad, etc.  tomar el ejemplo y certificar sus procedimientos y transparentar el ejercicio de sus recursos, y que no se atengan a que nada más el Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública les haga su chamba en ese sentido.

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El énfasis en transparentar los recursos que señala el Secretario Ejecutivo,  no es para menos, ya que la opinión pública, por anteriores administraciones y diversos escándalos mediáticos, tiene una imagen negativa del manejo de recursos que en el C4 se ejercen, y apenas comienza a verse un ánimo y voluntad de cambio de dichas circunstancias, de lograr las certificaciones bien podrá acreditar Ursúa que por fin, las cosas en el c4 están cambiando, y para bien.

Eric Ricardo Ramírez Álvarez

Twitter: @ericramirez1
www.ericramirez.org

El autor es Colimense, Licenciado en Derecho por la UNAM y Diplomado en Prevención del Delito por la Universidad de Chile

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