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Axtla de Terrazas, San Luis Potosí.- Siete personas, cinco hombres y dos mujeres, secuestraron, torturaron, mutilaron y mataron a un hombre de oficio taxista porque descubrieron que éste mantenía una relación con las dos féminas, quienes se pusieron de acuerdo y tras asesinarlo, cavaron un hoyo y lo enterraron.
La Policía Ministerial del Estado informó que detuvo en el municipio de Axtla de Terrazas a las dos mujeres que fueron parejas sentimentales del taxista, así como a dos hombres implicados en el homicidio registrado en mayo del 2009; también informaron que los otros tres sujetos aún son buscados por las autoridades.
Por el asesinato con saña de Eduardo Trejo Roque, detuvieron a Pedro Hernández Solórzano de 31 años de edad; Maribel Hernández Solórzano de 33 años de edad; Porfirio Domínguez Pérez, de 22 años de edad y Lizbeth Sánchez Hernández, de 20 años de edad, como probables responsables de los delitos de homicidio calificado, asociación delictuosa, privación ilegal de la libertad e inhumaciones y exhumaciones ilícitas.
De acuerdo a las investigaciones, Lizbeth, quien ese entonces tenía 16 años, sostenía una relación con Eduardo, pero tenía un año de novia de Porfirio; al taxista lo veía en la noche y a su novio por las mañanas.
Porfirio descubrió la infidelidad y tras informarle a Lizbeth que el taxista también andaba con Maribel, las convenció para fraguar un plan y asesinarlo. La menor llevó a Eduardo a la comunidad El Laurel, donde ya lo esperaba Maribel y los demás hombres, quienes taparon el camino con una camioneta y lo sometieron.
Eduardo preguntó que sucedía, en ese momento Porfirio lo golpeo con un tubo en la cabeza y le hizo perder el sentido, entonces en su mismo taxi se lo llevaron a un cafetal, donde lo tuvieron secuestrado por cuatro días, “torturándolo todos durante ese tiempo por haberle sido infiel a las dos mujeres y por ‘meterse’ con la mujer de Porfirio”, según informó la Procuraduría General de Justicia en el Estado.
Fue al cuarto día, cuando decidieron acabar con su vida, por lo que con un machete le cortaron las piernas y sus partes nobles, mientras lo lesionaron con un arma blanca en otras partes del cuerpo, con tubos y piedras. Lizbeth le habría cortado el miembro casi en su totalidad y los testículos cuando ya estaba muerto.
Posteriormente las dos mujeres cavaron una fosa profunda, lo envolvieron en una sábana blanca y lo enterraron, cubriendo con muchas hojas de matas de café y de cedro el lugar, para que nadie lo encontrara. Pero el dos de julio el cadáver fue encontrado en la comunidad Chimalaco, con 27 lesiones y el cráneo roto.
La Policía Ministerial del Estado continuó investigando el caso a pesar de que los hechos ocurrieron en el año 2009, tras la detención de Lizbeth, esta confesó su participación y dio los nombres de sus otros cómplices, por lo que tres de ellos también fueron capturados, mientras que la policía le sigue la pista a los otros tres.