NUEVA ETAPA EN LA UNIVERSIDAD

Por Abel González Sánchez

El gobernador del estado Mario Anguiano Moreno hizo un exhorto público al rector de la Universidad de Colima José Hernández Nava y al destituido líder sindical Leonardo César Gutiérrez Chávez a reunirse para resolver el conflicto entre los universitarios y la huelga de hambre.

La semana pasada analizábamos en esta columna la necesidad de atender este conflicto, pero debemos advertir, no podemos culpar al actual rector José Eduardo Hernández como el responsable de lo que se hizo o se dejó de hacer bien o mal en otros tiempos rectorales con el cuestionado fondo de pensiones, al igual como ocurre con los ayuntamientos o las administraciones estatales y federales, pues siempre dicen los nuevos alcaldes, gobernadores o presidentes que fueron aprobados en sus momentos las cuestiones administrativas, tampoco los líderes sindicales universitarios nunca dijeron nada en su tiempo y avalaron conjuntamente con el Consejo Universitario la cuestión contable.

Por otra parte Leonardo hizo las denuncias penales ante la PGR para resolver el supuesto fraude de varias administraciones del Fosap, fué en el tiempo del gobierno federal panista y no prosperaron, tampoco el amparo federal que interpuso el líder sindical para recuperar su dirigencia se ha resuelto, por eso está en huelga de hambre como alternativa, pero sus múltiples seguidores se esfumaron también por temor a sus despidos laborales, políticamente se puede decir está en la lona.

El actual rector manifestó estar presto para el diálogo y anticipó que depositaría los primeros diez millones de pesos de los noventa que estaban acordados en la última reunión concertada con el ejecutivo estatal y el depuesto líder sindical. Sin embargo Leonardo Gutiérrez hizo una contrapropuesta poco profesional y nada acertada, pretendió anticipar un día la reunión con el gobernador y cambió el lugar donde se lo proponían, información que ventilaron los medios, aunque sabemos por lógica que quiere la recuperación de la dirigencia sindical, lo cual será imposible.

Sabemos que el ejecutivo estatal no puede cumplir caprichos, no puede acudir a la hora que se le antoje a una persona o grupo ante un conflicto y en cuanto al rector Eduardo Hernández empezó a demostrar capacidad política al comprometerse a depositar parte de los recursos al Fosap que otros dejaron de hacerlo, dijo estar dispuesto al diálogo, iniciando así la nueva etapa por el bien de la propia universidad.

Pero para que trascienda esta nueva administración rectoral será necesario quitar algunos lastres en su estructura y proyección educativa y política para abrirla un poco más hacia la universidad popular nuevamente y no rumbo al sector elitista, en donde solo reciben a los promedios mayores de 9 a 10, marginando a una gran población que es la más necesitada, pues ya se le olvidó que la calificación aprobatoria es de seis a diez, luego entonces en los exámenes de admisión deberían tener la oportunidad todos.

Por otra parte ya es tiempo que tanto el nuevo rector, los actuales dirigentes sindicales o el mismo Leonardo Gutiérrez publiquen los sueldos y prestaciones de los funcionarios universitarios y de los ex rectores que mediante panfletos aseguran que ganan hasta 150 mil pesos mensuales como pensionados, cuando el grueso de los trabajadores ganan seis mil, esto sería injusto, pues con las nuevas reformas federales y de los estados ya publican los sueldos de los funcionarios, pero no en la ley de la universidad, quizás alegando autonomía, pero ya tiene más de 34 años sin reformas, y por esto los diputados no saben dónde encontrarla.

Vale la pena mencionar que el ex rector Carlos Salazar Silva empezó a entregar los estados financieros de la Universidad de Colima al Congreso del Estado en el año 2003, con el propósito de que estuviera informado sobre los gastos de la institución, fue una acción de voluntad y transparencia de los recurso destinados a la Universidad tanto del gobierno federal como del estado, algo así puede hacerse ahora reformando la ley al respecto para sustentar mejor las pensiones de los universitarios.

 LOS MEDIOS INFORMATIVOS EN LA SUCESIÓN

 Es común, pero lamentable para la sociedad colimense porque coartan la democracia y la libertad de prensa, que muchos de los dueños de los medios informativos, ya sean periódicos, radio o televisión se comprometan mediante negociaciones bajo la mesa a promover exclusivamente a determinados proyectos político al cambio de gobierno que lejos de ayudarles a los precandidatos a la gubernatura los hacen perder, así ha pasado, ya que se dedican a golpear a los contrarios y a resaltar especialmente a sus favoritos, además de que se ven mal ante la opinión pública, ya no les creen.

 El Noticiero de Colima y de Manzanillo son los medios informativos que se han distinguido desde hace años por no dar línea política sus colaboradores y permitir la opinión democrática de la ciudadanía y tiene abierto los espacios inclusive para las denuncias públicas, por eso han prosperado. Los medios de comunicación libres y críticos con fundamento político jurídico son imprescindibles para la existencia de una verdadera democracia y para el bien del desarrollo estatal, en cambio resultan incómodos para cualquier Gobierno o partido que algunos medios informativos quieran ejercer su poder para fines de un solo grupo político o económico.

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