SALTILLO, Coah. 14 de julio.-A sus 14 años, Rudy Augusto lleva la responsabilidad en sus hombros de sacar adelante a su familia, conformada por su mamá, su abuela y sus cuatro hermanos más chicos que él.
El menor originario de Guatemala, se vio obligado a salir de su lugar de origen rumbo a los Estados Unidos, en busca de mejores oportunidades de vida, al abandonar su casa sólo comentó a su abuela: “me voy viejita linda para conseguir dinero y hacer lo que siempre hemos soñado”.
Su meta es tener sus propios terrenos, un buen trabajo y olvidarse de los problemas que a su corta edad ya conoce, la vida no le ha sonreído recuerda que cuando tenía un año de edad, su padre fue asesinado por causas que él desconoce.
Cuando pudo desenvolverse empezó a trabajar muy pequeño, lo que sacaba era poco para poder subsistir, para las mujeres es difícil salir adelante en los países Centroamericanos.
Salió de Guatemala hace 27 días, solo, sin compañía, sin dinero, en su mochila carga lo indispensable, su meta es llegar a los Estados Unidos, pero no sabe a ciencia cierta a donde lo llevará la aventura y los riegos que tendrá en su trayecto.
La vida es tan difícil en su país de origen que hasta para conseguir una vivienda hay problemas, las pocas son de alquiler y de alto costo, dice el pequeño Rudy Augusto.
El trabajo es poco y mal pagado, los salarios son de hambre y cuando uno acude en busca de ayuda con las autoridades el gobierno le dice que no hay, que regrese otro día.
Su situación se complicó y ya no tuvieron ni para comer, por eso abandono su país, en su recorrido fue asaltado en Lechería y le robaron sólo 100 pesos que traía en la bolsa de su pantalón
Al momento subsiste de la caridad, “salgo a pedir, la gente me regala algunos centavos”, dijo, Rudy Augusto, quien se encuentra en la Casa del Migrante de Saltillo y ahí seguirá hasta que haya juntado algunos centavos para poder llegar a los Estados Unidos.
Le han contado que hay peligros, pero eso no le impide cumplir con sus sueños y obtener el terreno que tanto soñó con su familia, lo demás ya se verá, dice.
En su rostro se refleja la tristeza y la melancolía que da la impotencia de no poder salir adelante en su país de origen.
Al gobierno gutemalteco le pide mejores oportunidades para no abandonar sus raíces, pero sobre todo a sus seres queridos.
