A más de 700 kilómetros de distancia, en Veracruz, Jenny Judith, de 22 años de edad, ya había comprado toallas húmedas, jabón para recién nacido, zapatos, juguetes y cosas para recibir a su hijo, detalló hoy el diario local BlogExpediente. También la asesinaron. También la contactaron por redes sociales.

El cuerpo de la joven, quien era el sustento de los dos viejitos que hoy andan por las oficinas de la Fiscalía General del Estado de Veracruz (FGE), fue abandonado en un paraje del rancho Santa Rita en Alvarado, en la entidad gobernada por Miguel Ángel Yunes Linares.

Las autoridades ofrecieron 55 mil dólares como recompensa para la persona que diera información del caso. Así fue que cayó una mujer, identificada como Brianda Padrón Cano. El bebé de Jenny sobrevivió. La madre fue velada hoy y sus restos serán conducidos a un panteón veracruzano mañana.

En un mensaje difundido en redes sociales, se alerta a las mujeres embarazadas veracruzanas para que no caminen solas a altas horas de la noche; no proporcionen información de su embarazo a desconocidos y no suban a vehículos de extraños. 

Más abajo en la geografía de México, en Tabasco, Alba Lizbeth, de 24 años de edad, abandonó la ranchería Corralillo, se subió a un pochimóvil y desapareció.

Su familia se extrañó por su ausencia e inició la búsqueda, la cual concluyó con la localización sin signos vitales de Alba, quien tenía ocho meses de gestación, consignan medios nacionales y locales. Los criminales la abandonaron en un paraje. El cadáver tenía signos de violencia extrema: golpes y cuchilladas en el vientre.

Fernando Valenzuela Pernas, el Fiscal del estado, aseguró que hay al menos tres líneas de investigación sobre el caso. Familiares y amigos de Alba convocaron a una movilización para esta tarde de jueves.