COLIMAMEDIOS
Ciudad de México.- Jesús Tomás Ortiz Ayala circulaba a bordo de su vehículo por el Eje 5 Sur, de la colonia Leyes de Reforma, en la delegación Iztapalapa; eran aproximadamente las 3:40 de la madrugada. No había pasado mucho tiempo desde que terminó la Nochebuena y comenzaba el festejo por la Navidad.
Sobre esa vialidad, policías capitalinos instalaron el punto de revisión número12 del Programa “Conduce sin Alcohol”. La Secretaría de Seguridad Pública del DF informó que en total 43 personas fueron detenidas, entre ellos Ortiz Ayala, quien al pasar por el retén se le detectó aliento alcohólico.
El hombre, de 42 años de edad, tuvo que salir de su vehículo para que le realizaran la prueba del “Alcoholímetro”; De acuerdo con los reportes de la policía, tras hacerle la prueba de alcoholemia obtuvo un resultado de 1.6, cuando lo permitido es .40 mg/l, por lo que los policías procedieron a detenerlo.
Cuando lo iban a subir a una camioneta de la dependencia para trasladarlo al Centro de Sanciones Administrativas, mejor conocido como “El Torito”, Jesús Tomás se dejó caer al suelo y se llevó la palma de una mano al corazón. Dijo estar enfermo y que en ese momento estaba sufriendo un paro cardiaco.
En el piso, el sujeto comenzó a balbucear, por lo que rápidamente los elementos de la SSPDF solicitaron el apoyo de una unidad de emergencias y al lugar llegó la ambulancia A8019 del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM), cuyos paramédicos se apresuraron para revisar al hombre.
Súbitamente el hombre, aún recostado, comenzó a besar en la mejilla a los elementos de Tránsito, luego tomó a los paramédicos y también los agarró a besos; al mismo tiempo les decía una y otra vez que moriría y quería despedirse de ellos, quería despedirse del mundo, que por eso las muestras de afecto.
El supuesto hombre enfermo les dijo a los agentes de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina que como último deseo quería “morir en paz en casa”, Ortiz Ayala aseguró sentir que le quedaban pocos minutos de vida y pidió ser llevado a su domicilio para pasar los últimos momentos al lado de su familia.
No obstante al escuchar sus dichos, los paramédicos se movilizaron e hicieron pruebas para atender el infarto, pero al concluir la revisión determinaron que Jesús Tomás no sufría del corazón, y notificaron a los agentes que al hombre sólo se le habían pasado las copas e intentaba engañar a los presentes.
Tras explicarle que se encontraba en buen estado de salud, Ortiz Ayala fue llevado a “El Torito”, donde tuvo que cumplir con el arresto de 36 horas que se imponen a quienes conducen en estado de ebriedad.
