Boletín de Prensa

409-Enrique_Pe_a_Nieto_mexicoPor cuarta ocasión en apenas 14 meses de gobierno, Enrique Peña Nieto visitará Colima para dar inicio a la anunciada reforma al campo. El miércoles 5 de marzo, estarán con Peña y el gabinete agropecuario las organizaciones que siempre forman parte del caldo del gobierno, como la CNC y las que llamándose independientes llegan a engordar el caldo con tal de sacar apoyos para subsistir.

No debemos olvidar que la situación del campo tiene su inicio con el actual modelo económico neoliberal que mediante reformas legales alientan a la privatización del campo, el cambio de régimen de propiedad, como la del artículo 27, reglamentó la compra y venta de la tenencia de la tierra, impulsados por Salinas de Gortari; por otro lado el uso de paquetes tecnológicos, que alientan al uso y consumo de insumos industriales así como infraestructura de altos costos para hacer eficiente la agricultura de exportación, incorporando organismos genéticamente modificados (OGMs) tolerantes al indiscriminado uso de pesticidas; a imponer patrones de monocultivos extensivos, que para el caso de colima las “modas” agrícolas oficiales han traído consecuencias terribles como el HBL para el limón actualmente, como lo fue el en pasado el amarillento letal para las palmeras de cocos en los 70s o peor aun el trágico fin de los campos de algodón en los 40s que terminó en desastre agrícola.

El campo subsidiado como se propone actualmente, deja sin atención, protección, asistencia permanente, planeación, definición y empuje de una política agropecuaria integral, donde se atienda al campo de temporal, no solo al de riego, y que reconozca la variable ambiental como condición para garantizar de manera ordenada el uso de suelo con la vocación genética y bioclimática para evitar trastornos ecológicos, como el sobre consumo de agua, destrucción del bosque, actividades pecuarias sin control, pesca ineficiente y sobre todo una planeación del territorio desde la visión productiva agroecológica.

Por esta razón cuando EPN anuncia una “reforma para el campo” no se puede dejar de preguntarse ¿qué más quieren los beneficiarios de los 30 años de privatización y libre comercio en la agricultura mexicana?; Peña viene a Manzanillo a imponer la contrarreforma al campo, despojando los derechos

logrados desde la revolución mexicana y lo puntualizamos de la siguiente manera:

1. Privatización vía rápida -fast track- del ejido y la comunidad.

Para ello, tomando como base la iniciativa de reforma a la ley agraria de Felipe Calderón que sometió al Senado días antes de la conclusión de su régimen. La conversión de la SRA en SEDATU por la actual administración es una señal al respecto. Otra más lo representa la reciente declaración del secretario de Agricultura Enrique Martínez y Martínez en la que afirma que “una producción agropecuaria rentable es hoy inviable debido a la pulverización de la tierra” y que hay dos caminos: “la asociatividad de los pequeños productores y un tránsito más rápido de la propiedad social a la propiedad privada” (El Universal; 14 de enero de 2014. Subrayado nuestro).

2. Profundización del modelo de libre importación, monopolios y dependencia agroalimentaria.

Profundización, más que rectificación del TLCAN y suscripción de más TLCs: TPP, Alianza del Pacífico, inclusión de la agricultura en el TLCUE, etcétera.

3. Profundización de la agricultura industrial/etapa transgénica de la revolución verde y de la dependencia de monopolios y del exterior.

Autorización masiva de la siembra comercial de maíz transgénico y otros cultivos genéticamente transformados (OGTs), autorización de alimentos para la producción de biocombustibles, ampliación del uso de agroquímicos, aumento del uso de combustibles fósiles y de emisión de carbono, incremento de la dependencia alimentaria y tecnológica y del poder económico y político de los monopolios agroalimentarios.

4. Profundización del despojo y depredación de recursos naturales.

Aceleración del despojo de tierras, agua, minerales, recursos eólicos, biodiversidad, etcétera, en manos de campesinos e indígenas. Complemento de la Reforma Energética. Más concesiones mineras, petroleras, gaseras para explotar los territorios campesinos e indígenas. Iniciar con el llamado Fracking, fractura hidráulica.

5. Debilitamiento de la resistencia social en el campo frente al despojo.

Profundización de la expulsión de sus territorios de campesinos e indígenas. Control político total de la población rural vía programas asistencialistas y condicionamiento de apoyos públicos.

Ante ello se debe rechazar la contrarreforma al campo que beneficiará a los grandes agricultores. Despojando al campesino de sus tierras, haciendo más evidente la desigualdad.

Una reforma al campo requiere:

  •  El concurso de los productores pequeños y medianos no solo los grandes agroexportadores que son los que definen finalmente las acciones, subsidios, financiamientos.
  •  Garantías a la producción, banca a bajos intereses, acceso a tecnología apropiada y evitar el uso de “paquetes tecnológicos a ultranza”.
  •  Tender puentes a la soberanía alimentaria y a la independencia tecnológica, apoyarse en las condiciones de suelo temperatura y humedad como condición de inocuidad y éxito en la producción frente a los riesgos permanentes de desordenes climáticos.
  •  La consulta abierta, incluyente, que recupere las principales demandas de los productores, que aliente a la certidumbre productiva y rentabilidad, evitando el método de imponer legislaciones como ha sucedido con la imposición de la reforma laboral, educativa, telecomunicaciones, fiscal y energética.

La reformas realizadas por el “Pacto Contra México” se impusieron sin deliberación pública, sin consulta con la ciudadanía ni con los sectores afectados, considerando únicamente los intereses y demandas de las grandes corporaciones mexicanas, extranjeras y el interés hegemónico de los Estados Unidos. En este sentido, se trata de verdaderas contrarreformas que atentan contra el interés nacional, el interés de las mayorías, del sector productivo nacional y contra los derechos de participación democrática de la ciudadanía en los asuntos públicos.

En MORENA nos pronunciamos por una verdadera reforma al campo la cual incluya precios justos en las cosechas y de seguridad a la comercialización de los mismos, una política de Estado que garantice la autosuficiencia alimentaria con pequeños y medianos productores, con un nuevo modelo de producción sustentable de alimentos sanos, sin transgénicos y sin monopolios, respeto irrestricto al ejido y la comunidad.

Atentamente

Vladimir Parra Barragán

Presidente del Comité Ejecutivo Estatal de MORENA Colima

Alfredo Álvarez Ramírez

Srio. Estatal de Indígenas y Campesinos de MORENA Colima

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