Volcán de Colima continuó este año con su interminable activida

615129_volcan_colimaNotimex.-Colima fue uno de los estados que este año ocupó espacios relevantes en materia informativa, entre ellos, POR la actividad del Volcán de Fuego, que se intensificó en el mes de julio. Por su ubicación geográfica, la entidad enfrentó diversas contingencias a consecuencia de sismos, huracanes y, la más constante, la actividad que día a día ha registrado dicha estructura geológica también conocida como Volcán de Colima. De acuerdo con el Centro Nacional de Prevención de Desastres y el Observatorio Vulcanológico de la Universidad de Colima, el coloso mantiene una intensa y constante expulsión de material incandescente, flujos piroclásticos, ceniza y derrumbes.

En ese sentido, científicos y autoridades de la Secretaría de Gobernación afirman que esta actividad supera en magnitud a lo que se había observado en los últimos 100 años, específicamente durante la erupción explosiva que registró en 1913. Debido a ello, es constante la caída de ceniza en los municipios de Comala, Villa de Álvarez, Cuauhtémoc y Colima, en esta entidad, y en los de Tonila, Zapotitlán de Vadillo y Tuxcacuesco, en el vecino estado de Jalisco. Sin embargo, fue la tarde del 10 de julio cuando la actividad de esa montaña pasó de eruptiva a efusiva, pues la salida de material incandescente se intensificó considerablemente por la madrugada, corriendo por diversos flancos. Ese día, autoridades y científicos decretaron un estado de alarma, toda vez que la expulsión de material piroclástico y ceniza fue la mayor en los últimos años, por lo que fue necesaria la evacuación de los habitantes de La Yerbabuena y La Becerrera, municipio de Comala. «Antes de las 9 de la noche, el Volcán de Colima registró una explosión, arrojando flujos piroclásticos, así como una columna de ceniza que alcanzó varios kilómetros de altura, lo que propició una movilización», confirmó el director operativo de la Unidad Estatal de Protección Civil (UEPC), Ricardo Ursúa Moctezuma.
Fueron evacuadas cerca de 200 personas de las mencionadas comunidades, así como 170 de las localidades de Caucentla, Juan Barragán y Cofradía del municipio de Tonila, así como La Estancia, Tlajomulco, Borbollón y Las Galeanas, de Zapotitlán, en el estado de Jalisco. A consecuencia de ello, autoridades civiles y militares, junto con el Comité Científico Asesor de la UdeC, determinaron el 11 de julio ampliar a 12 kilómetros el radio de exclusión alrededor del cráter del volcán. Ello, porque durante el evento volcánico registrado la noche anterior, los flujos volcánicos llegaron a una distancia de nueve kilómetros desde el cráter, situación que no se había presentado desde 1913, con la posibilidad de que el flujo de lava continuara y alcanzara una larga distancia, o un colapso o evento explosivo mayor. El 12 de julio, el entonces gobernador de Colima, Mario Anguiano Moreno, anunció que solicitaría al gobierno federal la Declaratoria de Emergencia para los municipios de Colima, Coquimatlán, Cuauhtémoc, Comala y Villa de Álvarez, lo que más tarde sería anunciado por la Secretaría de Gobernación (Segob).
Debido a que continuaba la actividad volcánica, y los flujos piroclásticos rebasaban ya los 10 kilómetros de distancia del cráter del coloso, se determinó mantener desalojada la zona circundante, por lo que se abrieron más albergues temporales, al tiempo que la Secretaría de Defensa Nacional implementaba el Plan DN-III. Durante días, científicos y autoridades esperaron una mayor liberación de energía y material, detectado por los sismógrafos, sobre todo por las precipitaciones pluviales que se comenzaron a reportar en esa zona, de acuerdo con declaraciones del director de Protección Civil de la Segob, Ricardo de la Cruz Musalem. No obstante, esa actividad fue disminuyendo en fuerza, por lo que el 17 de julio se determinó que los albergados en los diversos refugios retornaran a sus respectivas viviendas, aunque en sus comunidades quedarían de guardia elementos de PC, para avisar en caso de que fuese necesario evacuar de nueva cuenta. Junto con ello, el DIF estatal inició la distribución de los primeros apoyos en especie recibidos del gobierno federal, como parte del Fondo Nacional para Desastres (Fonden). Entre el material distribuido se encontraban colchonetas, cobijas, despensas, kit de aseo personal, de limpieza y agua embotellada, entre otros artículos, que fueron distribuidos por trabajadores de esa institución con el apoyo del Ejército Mexicano, personal de Protección Civil y los DIF Municipales, entre otras instituciones.
Con el paso de las semanas, y como resultado de las observaciones aéreas del edificio volcánico, se determinó elaborar un nuevo Mapa de Riesgos Volcánicos, toda vez que la caída de flujos piroclásticos provocó la deformación del edifico volcánico y la modificación de la orografía aledaña. La actividad del Volcán de Fuego es interminable, y con ello, persiste la caída de ceniza en zonas conurbadas, el peligro de lahares, y la restricción de actividades en un radio de ocho kilómetros en dirección del cráter volcánico en línea recta. Hasta mediados de este mes, el Volcán de Fuego o de Colima presentaba de cuatro a seis desgasificaciones diarias con alto contenido de ceniza, de acuerdo con el director general del Protección Civil estatal, Melchor Ursúa Quiroz.
«La actividad volcánica sigue registrando explosiones de baja intensidad, así como descargas intensas con alto contenido de ceniza, por lo que está vigente la probabilidad de caída de este material en las áreas urbanas, como en esta capital, aunque por el momento no representa riesgo para la población», subrayó.
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