COLIMAMEDIOS
Fuente|DiarioDeColima
Los 40 años de experiencia a nivel nacional en el tratamiento de jóvenes con adicciones, han permitido a Centros de Integración Juvenil (CIJ) comprobar que la marihuana es una droga que causa daños irreversibles a quien la consume habitualmente.
Por lo que dicha institución rechaza cualquier iniciativa de reformar la Ley General de Salud para legalizar la siembra, cultivo, consumo y distribución de esa droga, apuntó María del Carmen Gutiérrez Ayala, directora del CIJ Colima.
“Existen fundamentos científicos e investigaciones que indican los serios daños físicos y psicológicos que produce esta droga, y los problemas que ha acarreado para la seguridad de los países en los que el consumo de marihuana está permitido dentro de un marco legal acotado”, dijo.
Descartó que el narcotráfico se acabará si se legaliza, y expuso como ejemplo la venta de alcohol y tabaco, que al ser permitidos se venden de manera indiscriminada a menores de edad, “este hecho es suficiente para derribar la creencia de que el comercio autorizado acaba con el tráfico ilícito”.
Legalizar la marihuana sería un grave error desde cualquier punto de vista, sobre todo desde el de la salud, expresó María del Carmen Gutiérrez Ayala, directora de Centros de Integración Juvenil (CIJ) en Colima.
Expuso las razones por las cuales la institución que dirige no apoya la iniciativa de reformar la Ley General de Salud para legalizar la siembra, cultivo, consumo y distribución de cannabis.
“Existen fundamentos científicos e investigaciones que indican los serios daños físicos y psicológicos que produce esta droga, y los problemas que ha acarreado para la seguridad de los países, como Holanda, en los que el consumo de marihuana está permitido dentro de un marco legal acotado”, indicó.
Sostuvo que con 40 años de experiencia que tiene el CIJ a nivel nacional, y con una cobertura anual de 4 millones de personas en las 110 unidades del país, “hemos podido comprobar que la marihuana es una droga peligrosa capaz de causar daños irreversibles a quien la utiliza habitualmente”.
Refirió que es la marihuana la droga ilícita más consumida en el mundo, “siendo la edad de inicio entre los 14 y 17 años. En México la consumía el 3.8 por ciento de la población, en 2002, incrementándose a 4.4 por ciento en 2008, de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Adicciones”, dijo.
Descartó que pueda terminar el narcotráfico de legalizarse la marihuana, y citó como ejemplo la venta de alcohol y tabaco, que al ser permitido se ha dado una venta indiscriminada a menores de edad, “este hecho es suficiente para derribar la creencia de que el comercio autorizado acaba con el tráfico ilícito”.
Tampoco, apuntó, habría mayor seguridad pública y menos muertes, pues aseguró que las cifras muestran que los decesos por narcotráfico son menores que las registradas por consumo de tabaco o de personas que perecen en accidentes de tránsito asociados al consumo de alcohol, “además no resuelve el problema de la inseguridad, puesto que la delincuencia organizada trafica con otras drogas, con personas, con órganos, hay secuestros, tráfico de vehículos, etcétera”, añadió.
Externó que evidencias de países en los que se ha despenalizado la marihuana muestran incrementos en su consumo, por ejemplo, mencionó que Canadá permite el uso para aplicación médica, sin embargo, el uso en adolescentes se incrementó en los 90 y los reportes indican que el 52.9 por ciento de la población, entre 15 y 24 años la ha usado al menos una vez en la vida.
Asimismo, mencionó que en Estados Unidos, la utilización, venta, posesión de cannabis es ilegal bajo la Ley Federal, “sin embargo, hay 14 estados donde el uso médico está permitido y sus reportes indican que uno de cada adolescentes de educación media ha probado marihuana, y 25.8 millones de personas mayores de 2 años abusaron de cannabis”.
Expuso que los efectos de la marihuana son apatía, ataques de risa, euforia o depresión y retraimiento social. Entre los daños, apuntó están los dificultades de memoria y aprendizaje, para pensar y resolver problemas; percepción alterada del tiempo y distancia; aumenta el ritmo cardiaco, durante la primera hora de fumar marihuana se cuadriplica el riesgo de sufrir un ataque al corazón.
Puntualizó que un cigarro de marihuana equivale a cinco cigarros de tabaco, “con todos los daños que éstos causan”. Y puede ocasionar asma y bronquitis crónica, además de cáncer de pulmón, de cabeza y cuello.
Se presenta irritabilidad, ansiedad y dificultad para dormir; cambios de humor repentinos; incrementa el riesgo de presentar síntomas psicóticos, “en dosis altas puede provocar alucinaciones, desconfianza e ideas paranoides; síntomas psicóticos o desarrollar esquizofrenia en la adultez”, enlistó.