MEDIOSCOLIMA
Fuente|DiarioDeColima
A 129 años de haberse comenzado a usar como tal, el Panteón Municipal de Colima enfrenta una falta de espacio para sepultar cuerpos, informó Cuauhtémoc Chávez Ríos, administrador del lugar.
Refirió que trabajan para que el cementerio sea suficiente en lo que resta de la Administración Municipal; añadió que hay alrededor de 150 lugares disponibles. Sostuvo que el incremento de la violencia aumentó la demanda de espacios.
Entre las soluciones, mencionó el Funcionario, existe la posibilidad de adquirir un terreno 18 hectáreas en la comunidad de Cardona, para que sea la siguiente Administración quien construya el nuevo camposanto.
Otra opción es retomar el proyecto de construir un horno crematorio en las instalaciones del panteón o acondicionar una parte del sepulcro de la comunidad de Lo de Villa.
Agregó que la Dirección Jurídica del Ayuntamiento analiza la propuesta del programa de recuperación de tumbas, con lo cual podrían ofrecer el servicio de venta a futuro.
“Si se aterriza, dará entre 3 ó 4 años más para que quede completamente saturado, porque lleno ya está”, señaló.
El Panteón Municipal de Colima se encuentra en situación crítica. Ya no tiene más espacio para enterrar cuerpos, mientras se encuentra detenido un programa de recuperación de tumbas.
El camposanto tiene una extensión de 15.5 hectáreas. Data del siglo 19, específicamente en el año 1884 empezaron a darle este uso, se construyó sobre un terreno donado en la zona conocida como Las Víboras.
El administrador del Panteón de Colima, Cuauhtémoc Chávez Ríos, mencionó que el cementerio está saturado y no pueden cubrir la demanda de compras de gavetas a futuro.
Chávez Ríos puntualizó que solamente tiene un espacio muy reducido para construir gavetas, por ello están buscando espacios pequeños en donde pueda caber una tumba, “que normalmente son de tres gavetas y el osario que es una gavetita que va a flor de tierra”.
En el osario, explicó, depositan los restos áridos, y según el tiempo establecido es de 5 años para las cajas de madera y 15 para las de metal, “posterior a eso pueden pasar los restos del difunto al osario y la gaveta puede utilizarse de nuevo”.
Señaló que es conflictivo decirle a la gente que no pueden vender espacios a futuro, pues solamente atienden situaciones de emergencia. No obstante, el área disponible se va acabandorápidamente, pues el incremento de la violencia aumentó la demanda de espacios.
“Hay ocasiones que hemos enterrado familias completas. Es preocupante y doloroso ver desde los papás hasta los hijos”, apuntó.
Indicó que en ocasiones extraordinarias han recibido hasta 10 cuerpos durante un día, pero en promedio reciben entre tres y cuatro.
Refirió que realizan intensos trabajos para que el cementerio alcance para lo que resta de la Administración Municipal, “nos quedan entre 100 y 150 espacios”.
SOLUCIONES
Afirmó que el alcalde de Colima, Federico Rangel Lozano, tiene disposición para comprar un terreno que 18 hectáreas que se encuentra en la comunidad de Cardona, antes de que concluya su Gobierno, para que la siguiente Administración construya el cementerio.
También existe otra alternativa de acondicionar una parte del camposanto de la comunidad de Lo de Villa, “pero sería bajo una circunstancia muy especial”, sostuvo.
Comentó que en la Dirección Jurídica del Ayuntamiento de Colima analizan una propuesta del programa de recuperación de tumbas, con lo que podrían ofrecer el servicio de venta a futuro, pues ya estaría construido el nuevo panteón.
“Si se aterriza, dará entre 3 ó 4 años más para que quede completamente saturado, porque lleno ya está”, señaló.
Detalló que dicho programa recuperaría tumbas de los propietarios que adeudan el mantenimiento, las tienen descuidadas o están completamente destruidas; tienen terreno en breña y tampoco pagan el mantenimiento.
De acuerdo al censo, dijo, aproximadamente mil 300 tumbas se encuentran en esas condiciones, aunque el estudio no fue hecho de manera minuciosa, por lo que estimó que podrían recuperar más espacios.
Recordó que la pasada Administración tenía el proyecto de construir un horno crematorio en las instalaciones del camposanto, para dar más facilidad a la población que no tiene recursos para comprar una gaveta ni para cremar a sus difuntos en las funerarias.
“En ese tiempo se decía que la cremación costaría entre mil 500 a 2 mil pesos como máximo”, dijo.
Mencionó que también proyectaban ofrecer el servicio de nichos, que sería otra solución al problema de la saturación del camposanto, pero el proyecto se detuvo y quedó en el papel solamente.
No obstante, destacó la importancia de contar con panteones modernos, en donde puedan velar a los seres queridos, realizar la celebración de la misa y ahí se queden los restos, que será a lo que se deberá avanzar.
Agregó que en la zona del cerrito existe un área con una extensión importante en donde podrían caber 70 gavetas, pero se encuentra protegido, porque hay monumentos históricos resguardados por el INAH.
En su momento, plantearon al INAH que podrían hacer las excavaciones a pico y pala, sin utilizar maquinaría conocida como “manos de chango”, pero no fue autorizado.
La arquitecta y diseñadora de la Sección de Monumentos Históricos del Centro Colima INAH, Cintia Polanco Isaís, subrayó que el panteón está saturado, por lo que el Instituto ya recomendó al Ayuntamiento buscar otro espacio para un cementerio nuevo, pues debe protegerse el patrimonio histórico.
“Nosotros somos los encargados de resguardar todo lo que es la identidad del municipio y del estado, (…) son piezas únicas que fueron creadas, tomando en cuenta los hábitos de los difuntos, que representan las costumbres y tradiciones de los colimenses”, puntualizó.