COLIMAMEDIOS
Eva Esperanza Zavala Cuevas y su hija, Fátima Yamilet Hernández Zavala, denunciaron que la Funeraria Latinoamericana opera con irregularidades y lucra con el dolor de sus clientes, pues aprovechan la situación para cobrarles más de la cuenta.
Además, acusaron a los empleados de dicho recinto de maltratar los cadáveres, como les sucedió a las quejosas con los restos de su esposo y padre.
Aseveraron que el difunto fue embalsamado sin el consentimiento de sus familiares y presentaba signos de golpes post mortem en el rostro, “yo no sé qué le harían a mi esposo, pero cuando lo vi estaba moreteado de la nariz y se veía muy mal”.
Zavala Cuevas detalló que el 12 de noviembre de 2012 ella y su familia decidieron adquirir un paquete funerario con un costo de 15 mil 800 pesos, el cual lo pusieron a nombre de su difunto esposo.
Pasando el año, el 12 de diciembre de 2013 su esposo murió súbitamente de un paro cardiaco, por lo que se les condonó la deuda, ya que el contrato establecía que en caso de morir el titular del plan preventivo, no tendrían que seguir pagándolo.
Lo único que tendrían que costear era los servicios extras que llegaran a solicitar, como el embalsamiento y el traslado a la ciudad de Guadalajara, Jalisco, según el kilometraje que se marcara desde Colima, sin contar 50 kilómetros que ya estaban cubiertos por el plan.
Sin embargo, dijo que nunca estuvieron de acuerdo en que le realizaran el procedimiento de embalsamado, pero como “los de la funeraria argumentaban que era lo única forma de poder sacar el cadáver del estado con la autorización de Salubridad, tuvimos que acceder”.
Otro problema con el que tuvieron que lidiar, mencionó Hernández Zavala, fue con el tiempo que demoró la funeraria en llevar los restos del señor a la sucursal de Guadalajara, pues les aseguraron que podrían recoger el cuerpo 5 horas después, pero pasaron más de 12 horas.
Una vez que les fue entregado el cuerpo, al verlo Yamilet Hernández mencionó que su padre lucía en mal estado, “se veía amoratado de la nariz y boca, como golpeado. Tuve que maquillarlo con mis pinturas para que estuviera presentable”.
En ese mismo tenor, Esperanza Zavala recordó que antes de que trasladaran el cuerpo de su fallecido esposo vio cómo los empleados colocaron el cadáver en un ataúd usado y sucio, lo cual no estaba dentro del contrato.
Fue así como la cuenta llegó a los 6 mil pesos, la cual pagaron en su momento para que se efectuara el resto del protocolo funerario. Posteriormente el occiso fue cremado en Jalisco.
Señalaron que habiendo pasado varios días, al sacar la cuenta de lo que fue el servicio funerario, las dolientes se percataron de que les habían cobrado más dinero de lo que era realmente, aproximadamente 3 mil pesos más.
Al acudir a las oficinas del establecimiento para reclamar su dinero, lo único que recibieron fueron malos tratos y otro intento de estafa, ya que “nos dijeron que no podían devolvernos el dinero en efectivo, sino hacernos un descuento por o equivalente al contratar otro paquete”.
En ese sentido, las dolientes manifestaron su inconformidad por el servicio que les proporcionó la empresa y lamentaron que les hayan hecho pasar por todo lo anterior, aun teniendo la pena moral por la pérdida de su ser querido.
Para concluir, indicaron que acudirán a la Procuraduría Federal de Consumidor para interponer la demanda correspondiente en contra de quienes les prestaron el servicio.