Colima, México (Avanzada).- La estrategia de comunicación en materia de seguridad de los gobiernos priistas de Enrique Peña Nieto y Mario Anguiano Moreno no es del todo aceptada, advierte Alan Arias Marín, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e investigador en el Centro Nacional de Derecho, quien indica que la disminución de la violencia ha sido relativa.
Con la llegada del nuevo gobierno federal se tomó la decisión de dejar de informar sobre hechos delictivos para que estos no fueran la principal información en los medios de comunicación.
La «línea» llegó hasta Colima, en donde la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) dejó de emitir boletines de prensa sobre asesinatos a principios del año pasado.
En entrevista con Avanzada, el académico sostiene que en el plano de la seguridad fue exitoso al principio porque cambió la política comunicativa y quitó de las primeras planas la guerra contra el narcotráfico, «sin embargo los datos duros muestran que la disminución de la violencia ha sido muy relativa, los datos que da el gobierno siempre son muy discutibles, luego tienen que ser corregidos», pondera.
La sustancia de una nueva estrategia, añade el profesor de la UNAM, «todavía no se ha dejado ver con claridad y los resultados todavía están en puntos suspensivos».
En noviembre del año pasado se dio a conocer que Colima «maquilló» cifras de homicidios. En una nota publicada por este medio se reportó que mientras la Secretaría de Gobernación —con datos proporcionados por el gobierno estatal—, expuso que se habían dado hasta septiembre 100 homicidios por arma blanca y 20 por arma de fuego, la prensa local registró al menos 150 ejecuciones con la marca del crimen organizado en el mismo periodo de tiempo, donde la mayoría de las víctimas murieron a balazos, por lo que las cifras oficiales no coincidieron con la realidad expuesta por la prensa local.
Los datos oficiales se desprenden del secretariado ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública dependiente de la Secretaría de Gobernación, referentes a las cifras de incidencia delictiva a nivel nacional y estado por estado correspondientes a enero de 2009 y hasta el pasado mes de septiembre de 2013. Este desfase entre las cifras oficiales y las contabilizadas por los medios de comunicación se agravó con la nueva estrategia de comunicación del gobierno, quien decidió no informar más sobre los hechos violentos con el objetivo de cambiar entre los ciudadanos la percepción sobre la inseguridad imperante en el país.
«No hay duda de que se acomodan las cifras a modo, y lo podemos ver en cada uno de los informes de gobierno, inclusive repiten cifras y datos de informes anteriores. Refritean los informes. Hoy, aparte de ocultar, tratan de cambiar la imagen y orientación de la información, sin embargo vemos que el gasto público en comunicación en lugar de bajar, sube, es mejor pagarle a «Cheque» Peña y desviar el tema de la comunicación, pero terminan cayéndoseles los temas de las manos. El problema del gobierno es decir que no pasa nada», declaró en entrevista anterior con este reportero el coordinador del PRD en el Congreso del Estado, Francisco Rodríguez García.
De 2009 a la fecha se cuentan en Colima más de 800 ejecuciones, en las que incluso niños, ex funcionarios (incluidos el exgobernador Silverio Cavazos y el exsecretario Saúl Adame), y hasta un sacerdote han perdido la vida. 61 personas fueron asesinadas con arma de fuego, degollados o mutilados hace cuatro años; 131 en 2010, 162 en 2011, 253 en 2012 y 195 el año pasado, según la prensa local.
Fuente|DiarioAvanzada
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