EL gobernador del estado, Mario Anguiano Moreno, acaba de anunciar el nuevo reto de la educación en Colima, mediante un plan especial que están por terminar en la Secretaría de Educación y en los dos sindicatos magisteriales locales del SNTE: Secciones 6 y 39, con el objeto de lograr el primer lugar nacional en el avance de la nueva reforma educativa promovida por Emilio Chuayffet, titular de la SEP, y el presidente del país, Enrique Peña Nieto.
Ahora, entendemos mejor, con este anuncio del gobernador, por qué Emilio Chuayffet le dio la oportunidad para proponer los tres cargos más importantes de la SEP en Colima, sustituyendo a quienes venían de otros estados y con otros fines, excepto Adán Blanco, quien vive aquí, pero poco o nada pudo hacer, ya que nunca pudo asistir a un solo plantel para atender la gran problemática educativa, ni a escuchar a los maestros, debido al esquema burocrático centralista que tenía la SEP y que señalaremos en otra ocasión.
Las tres nuevas designaciones de la SEP recayeron en Ulises Cortés, como representante de la misma secretaría; antes ocupaba la Secretaría de Organización del PRI, Armando Barbosa, ahora representante de la Subsecretaría de Educación, antes tenía un cargo en la dirigencia de la Sección 6 del SNTE, y Perla Vázquez Montes, nueva representante de la DGETI, quien tiene la única facultad de operar los centros educativos pertenecientes a la SEP: CBTIS, Cecatis, Cetis, etcétera; ella ocupaba un cargo relevante en la Secretaría de Educación.
En reunión reciente, estos tres nuevos funcionarios, con Jesús Villanueva, líder del SNTE, Sección 6, se congratuló porque los nuevos funcionarios de este subsistema son colimenses y tendrán mejor desempeño; dijo que el compromiso que ahora tienen con el gobernador para su nuevo proyecto educativo estatal es en tres preceptos: cero tolerancias para maestros o personal incumplido que denigre al magisterio; cero apoyos a violadores; y cero ayuda a los directores deshonestos que lucran con los recursos de los alumnos, padres de familia, escuela y cooperativas; resaltó también su desacuerdo por dádivas y sobornos para el otorgamiento de becas, plazas o claves.
Pero si analizamos más a fondo, nuestro país y, lógicamente, Colima, tienen un enorme atraso en el uso de las tecnologías. Darzons y Hoeflich, investigadores académicos de la UNAM, aseguran que el gran problema de los centros educativos tecnológicos de las escuelas privadas y universidades públicas, así como secundarias y bachilleratos estatales, Institutos Tecnológicos, CBTIS, Cecatis, Cbeta, Cetis, no es la falta de preparación de los docentes, porque muchos trabajan en laboratorios prestigiados, sino por el equipo obsoleto que tienen estas instituciones, con más de 30 años de uso o de abandono, carecen de equipo, material y de lo más básico.
México tiene alrededor de 20 años de atraso en uso de tecnologías, lo que indica que los ciudadanos de este país tenemos analfabetismo tecnológico, esto lo asegura también el investigador Pedro Solares Soto, otro académico del Departamento de Ingenierías de la Universidad Iberoamericana, en alusión a la iniciativa que presentó al Senado para crear la Secretaría de Ciencia y Tecnología, sin ser aprobada al final del mandato de Felipe Calderón.
El concepto de analfabetismo tecnológico se refiere a la incapacidad de las escuelas para utilizar nuevas tecnologías, porque no tienen infraestructura, equipo; aseveró que de aprobarse la nueva Secretaría de Ciencia, calcula que en dos sexenios puede superarse el gran rezago tecnológico generado por la propia SEP, quien abandonó el aspecto tecnológico y académico desde hace muchos años, no propiamente por deficiencias de los maestros.
Dijo que hasta en la India una tablet tecnológica cuesta 41 dólares, y el gobierno costea a los estudiantes el 50 por ciento, pagando así sólo 500 pesos; pero aquí en México valen carísimas por tantos impuestos y desinterés en la tecnología. Mencionó también que en muchos países a los alumnos les dan todo el material subsidiado en forma digital, ahí obtienen cientos de libros electrónicos, no únicamente tecnológicos, sino de todas las materias.
Por todo lo anterior, analizamos en forma propositiva. Colima, por ser un pequeño estado, tiene la gran oportunidad de lograr un modelo educativo ejemplar a nivel nacional, tal como lo señaló el gobernador, ni duda cabe, pero antes de darlo a conocer públicamente y de llevarlo a la práctica, sola la Secretaría de Educación del Gobierno Estatal no podrá aplicarlo, debería incorporar de verdad a la SEP y a las instituciones educativas públicas, como la Universidad de Colima y escuelas privadas del estado, a través de un nuevo Consejo Estatal de Educación que no existe ni opera; muchos planteles nada saben al respecto sobre este nuevo programa.
El nuevo proyecto educativo debe ser integral, incluyendo a los propios ayuntamientos y Congreso estatal como autoridades auxiliares y de apoyo en los municipios, incluyendo las reformas a la ley de educación local y de presupuesto, para equipar a las escuelas en lo básico, conjuntamente con el gobierno federal. Mario Anguiano tiene esa gran oportunidad, por el bien de Colima.
Por último, un reconocimiento público a los alcaldes de Manzanillo y Villa de Álvarez, Virgilio Mendoza y Enrique Rojas, respectivamente, por los miles de uniformes escolares que repartieron, beneficiando a miles de familias humildes que ya no sienten lo duro, sino lo tupido, por esta gran crisis económica, generada por el alza de las gasolinas sin aumentos salariales.
